Hace poco hablábamos de lo habitual que son en el ser humano las fantasías sexuales y la masturbación. Además desmentíamos algunos mitos muy extendidos sobre estos temas. Si no leísteis este artículo podéis hacerlo ahora: https://descubrelapsicologia.com/fantasias-sexuales-una-vision-diferente/
Como os dije al final de aquel artículo, hoy vamos a dar algunas ideas para ayudar a mejorar la vida en pareja mediante las fantasías sexuales y otras prácticas. Para esto conviene leer estas líneas con una mentalidad abierta y despojada de todas aquellas creencias erróneas que podamos tener acerca del sexo y de las formas de practicarlo poco cercanas a la intención procreadora.
Recuerdo cuando, en 1º de carrera, un profesor nos explicó un experimento sobre la frecuencia de relaciones sexuales de un ratón macho. Resulta que al dejarle con una hembra varios días o semanas, la cantidad de relaciones sexuales, aunque empezaba siendo muy alta, iba poco a poco disminuyendo su frecuencia. Es decir, puede que el primer día tuvieran sexo 8 veces (no tengo ni idea, es por poner un ejemplo), al cuarto día se había reducido a 5, a la semana a 2 y seguramente un mes después no necesitara más que 1 a la semana. ¿Será que no podía mantener esa racha de 8 cópulas diarias?, ¿estaría el pobre cansado físicamente? Pues resultó que al poner a su alcance a otra hembra diferente volvía al número de relaciones sexuales inicial. Curioso, ¿no?
Nosotros no somos ratones, pero… ¿no os suena familiar esta historia?
El deseo erótico es la respuesta que se produce en nuestro organismo ante el estímulo de una persona que nos atrae. Puede que sólo estemos enamorados de una persona, pero atraernos nos pueden atraer miles. Esto no quiere decir que nuestra pareja nos haya dejado de atraer (y si fuera así habría que plantearse algo diferente a lo que vamos a proponer aquí). Por tanto, partimos del punto de que amamos a nuestra pareja y que todavía sentimos atracción sexual por él/ella (aunque sea con menos intensidad que al principio de conocerle). Debemos tener claro que el deseo cambia y es algo normal. Piensa en alguna comida que te guste mucho, y ahora imagínate comiendo esa comida día tras día, sin probar bocado de ninguna otra. Así días, meses y años. Puede gustarte mucho, pero ¿no te cansaría? Es lógico pensar que, cuanto más nos exponemos a un estímulo, sea el que sea, menos intensa será nuestra respuesta a él.
Por tanto, lo más recomendado por expertos en sexología para alimentar el deseo y la pasión en la pareja suele ser romper con la monotonía. Aquí entrarían tanto la utilización de fantasías sexuales como cualquier otra idea que se nos ocurra, siempre que nos salgamos de nuestra rutina habitual y si los dos implicados se sienten cómodos con lo que hacen. ¡Creatividad al poder! Para que os vayáis haciendo una idea os dejamos algunas posibilidades, aunque seguro que se os ocurren muchísimas más:
- Juego de roles: Muchas de las fantasías tanto en hombres como en mujeres consisten en imaginarnos que llega, por ejemplo, un atractivo fontanero a arreglarnos la ducha y surge algo “inesperado”; o la fantasía del profesor y la alumna; o la de la enfermera y el paciente; y muchísimas más que se nos pueden ocurrir. Así, cada uno asumirá su rol, aceptando todo lo que esto conlleva y actuando como tal: nos vestiremos o disfrazaremos, hablaremos como lo haría nuestro personaje, adaptaremos nuestra forma de dar y recibir placer, etc. Este tipo de juegos permiten conectar sexualmente de otro modo, desinhibirse y experimentar el placer desde otra perspectiva.
- Juego de dominación: Consiste en atar a nuestra pareja de alguna manera (lo más típico son las esposas) y “prohibirle” que se mueva o nos toque, mientras nosotros recorremos todo su cuerpo con las manos, la lengua, algún juguete sexual o lo que nuestra imaginación nos permita. Podemos también taparle los ojos, dar pequeños golpes, etc. ¡Y en otra ocasión seremos nosotros los dominados, por supuesto!
- El abrigo: Este va más orientado a mujeres, ¡aunque los hombres también pueden probarlo! Ponte un abrigo que te llegue hasta las rodillas y debajo ponte sólo un conjunto de ropa interior sexy. Plántate delante de tu pareja y deja caer lentamente el abrigo. Míralo fijamente y haz lo que se te ocurra que le pueda gustar. Después ve hacia otro lugar de la casa donde quieras que te siga (por ejemplo a la cama).
- Vídeos y películas porno: Es falso que las mujeres no se excitan viendo pornografía, ¡aunque hay de todo, claro! Si os dais la oportunidad de verlo en pareja estimulará vuestro deseo y de paso seguro que os dan ideas de nuevas posturas o técnicas que probar.
- Hablar durante el sexo: Desde palabras más tiernas susurradas al oído hasta expresiones de placer o de lo mucho que nos gusta algo que nos está haciendo nuestra pareja. Gemidos, gritos, palabras “sucias” (lo que te sientas a gusto diciendo, no hay que forzar nada), alabar el pene o los pechos del otro/a, etc.
- Citas sexuales: Aunque está muy bien que el sexo sea espontáneo, a veces no está de más planear una escapada sexual con nuestra pareja a un hotel, en el coche, en un lugar perdido en el que nos apetezca… ¡o donde se os ocurra!
- Detalles: Es muy importante no dejar de tener pequeños detalles con nuestra pareja de tanto en tanto. Preparar una cena romántica en casa, dejarle una notita en algún lugar, enviarle mensajes al móvil cuando no estamos juntos diciéndole lo que tenemos ganas de hacerle en cuanto llegue a casa, etc.
- Cuida tu aspecto: Uno de los detalles que se descuida a medida que pasamos más años con nuestra pareja es el aspecto físico. Es importante cuidarnos, al menos dedicarnos un tiempo de vez en cuando: hacer ejercicio, arreglarnos, ponernos lencería sexy, tacones, medias, transparencias…
- Literatura erótica: Está comprobado que la literatura erótica estimula el deseo sexual en ambos sexos. Prueba de ello es la famosa trilogía de “50 sombras”, con la que muchísimas personas (sobre todo mujeres) afirman haber mejorado su relación de pareja y empezado a realizar nuevas prácticas sexuales, como posturas diferentes a las habituales y fantasías. Es una buena idea coger un libro de literatura erótica y leerlo en voz alta junto a nuestra pareja.
- Sexo con otras personas: No es lo habitual en la mayoría de parejas, pero es tan válida como cualquiera de las otras opciones en caso de que ambos estén de acuerdo. Consistiría en realizar tríos, intercambio de parejas, o simplemente lo que se entiende por “relación abierta”, en la que cada miembro además de tener sexo con el otro lo tiene con otras personas sin que ello suponga ningún tipo de problema en la relación.
Al llevar a la práctica cualquiera de estas ideas debemos hablarloprimerocon nuestra pareja, al menos lo que no estemos seguros del todo de que le pueda gustar. Podría resultar inapropiado e incluso ofensivo para algunas personas.
Resumiendo… la cuestión es estar abiertos a nuevas prácticas, posturas, lugares, etc. y tener un poco de imaginación y ganas de disfrutar con nuestra pareja. Poniendo en práctica estos consejos es difícil que la rutina nos venza, además de que conseguiremos mejorar la comunicación entre nosotros y fortalecer la relación.
Cuidar nuestra relación de pareja es tarea de todos los días.
Amparo Puche García